TeotihuacĂĄn, bautizada por el pueblo mexica como âla morada de los diosesâ es una de las zonas arqueolĂłgicas mĂĄs importantes de todo el paĂs. Sus imponentes edificaciones como la PirĂĄmide del Sol y la PirĂĄmide de la Luna han emocionado a los entusiastas de la historia desde hace aĂąos.
Es mĂĄs antigua que la Gran TenochtitlĂĄn, la Ăşltima gran ciudad prehispĂĄnica que cayĂł en 1521 cuando se instaurĂł Nueva EspaĂąa en nuestro paĂs, luego de una sangrienta guerra ocasionada por HernĂĄn CortĂŠs.
Y es que, por mucho tiempo, TeotihuacĂĄn estuvo sepultada bajo de la tierra. Por aquel entonces, si uno pasaba por ahĂ, lo que veĂa era una serie de extraĂąos montĂculos y montaĂąas de tamaĂąo medio, que en realidad eran los templos y pirĂĄmides cubiertos por la naturaleza y el paso del tiempo.
Aunque desde el siglo XVII comenzaron a realizarse las primeras excavaciones formales en el sitio, fue hasta 1910 cuando la zona arqueolĂłgica quedĂł completamente al descubierto y abriĂł sus puertas para recibir visitantes de todo el mundo.
Fue por encomienda de Porfirio DĂaz que un grupo de expertos, liderados por un arqueĂłlogo de nombre Leopoldo Batres, iniciaron trabajos en la zona para sacar los imponentes templos a la superficie, especialmente la PirĂĄmide del Sol.
Aunque ya han pasado cientos de aĂąos, todavĂa hay registros de cĂłmo se veĂa TeotihuacĂĄn antes del trabajo del arqueĂłlogo, cuando todavĂa la hierba y la naturaleza crecĂa encima de las escalinatas de las pirĂĄmides. Se trata de una fotografĂa que data del periodo entre los aĂąos 1883 y 1885. TambiĂŠn se han hecho versiones a color de la misma.
Los restos de TeotihuacĂĄn, que incluyen la PirĂĄmide del Sol, la PirĂĄmide de la Luna y la Avenida de los Muertos, ofrecen una visiĂłn de la historia precolombina de AmĂŠrica y su compleja planificaciĂłn urbana.
Las investigaciones y excavaciones en el sitio continĂşan brindando informaciĂłn sobre la antigua civilizaciĂłn mesoamericana, su cultura, religiĂłn y sus logros tecnolĂłgicos y artĂsticos. TeotihuacĂĄn fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.
TeotihuacĂĄn: los diferentes trabajos de excavaciĂłn durante el paso del tiempo
Si bien Batres es considerado como el descubridor de Teotihuacån, la existencia de la ciudad era conocimiento de varias personas desde tiempo atrås. Por ejemplo, en 1678, Carlos de Sigßenza y Góngora, un notable erudito mexicano, exploró el sitio y proporcionó los primeros relatos de sus ruinas.
Pero no fue hasta 1770 que se creĂł un mapa completo del sitio mediante exploraciones basadas en grabados dirigidas por Francisco Antonio de Lorenzana y ButrĂłn, Arzobispo de MĂŠxico.
Luego llegó el turno de Leopoldo Batres, quien durante el periodo del porfiriato desenterró, especialmente, a la Piråmide del Sol. Sus mÊtodos para trabajar han sido cuestionados desde el principio por otros expertos arqueólogos, e incluso fue acusado de haber daùado el monumento durante su extracción.
A mediados del siglo XX se llevaron a cabo estudios mĂĄs sistemĂĄticos y acadĂŠmicos, sobre todo por el arqueĂłlogo mexicano Alfonso Caso y mĂĄs tarde por un proyecto conocido como Proyecto de CartografĂa de TeotihuacĂĄn, iniciado por RenĂŠ Millon en la dĂŠcada de 1960. Este proyecto ayudĂł a comprender mejor el trazado de la ciudad, incluidas sus calles, complejos y zonas residenciales.
Hoy en dĂa, TeotihuacĂĄn es uno de los destinos favoritos del llamado turismo cultural. La zona arqueolĂłgica sigue recibiendo miles de visitantes al dĂa, tanto extranjeros como nacionales, y continĂşa revelando secretos a los interesados en la antigua civilizaciĂłn que la habitĂł.
Con informaciĂłn de Infobae.