Dos factores, descubiertos por científicos de Dinamarca, hacen pensar que en Marte hubo seres vivos millones de años antes que aquí.
La búsqueda de vida extraterrestre no cesa. En este sueño, aún no podemos descartar terminantemente a los diferentes astros del Sistema Solar, aunque es mucho más probable que, de existir, el fenómeno más increíble esté todavía a una mayor distancia. Eso, de nuevo, es lo que se piensa. Sin embargo, es probable que Marte, uno de nuestros vecinos, haya albergado seres vivos cuando la Tierra ni siquiera conocía a sus pobladores más simples. .
Esta conclusión es parte de un trabajo publicado en Science Advances y dirigido por Martin Bizzarro, académico e investigador de la Universidad de Copenhagen (Dinamarca). Según los hallazgos, un meteorito llevó agua hasta el planeta rojo. La cantidad del líquido fue suficiente como para crear un océano de 300 metros de espesor en todo ese mundo.
Mucho antes que nuestro mundo
El equipo de científicos analizó 31 meteoritos marcianos, tratando de rastrear el origen e historia de las rocas. A lo dicho se sumaron mediciones de isótopos de cromo de ultra alta precisión. Al ver la prevalencia de estos fragmentos en Marte, y que el hielo conforma el 10% de sus masas, los autores descubrieron que hace 4 mil 500 millones de años esos meteoritos llevaron agua hasta nuestro vecino astral.
Todavía hay más. Parece ser que estos meteoritos con agua, conocidos condritas, llegaron desde una región del Sistema Solar exterior conocida por contener elementos prebióticos esenciales para la aparición de la vida.
«Nuestro estudio es el primero en establecer firmemente que las moléculas orgánicas relevantes para la vida debieron estar presentes en la evolución temprana del planeta junto con el agua«, comentó Bizzarro en una publicación de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés).
Ambos hallazgos llevaron a concluir que Marte pudo haber hospedado vida antes que la Tierra, algo que sigue causando asombro entre los que llevan años buscando signos del fenómeno en el planeta rojo.