Los arqueólogos descubrieron una habitación azul decorada a detalle, interpretada como un antiguo santuario romano conocido como sacrarium, durante las recientes excavaciones en el centro de Pompeya, Italia.
El ministro de Cultura de Italia, Gennaro Sangiuliano, visitó el sitio arqueológico el martes y describió la antigua ciudad como «un cofre del tesoro aún parcialmente inexplorado».
El color azul hallado en este nuevo descubrimiento es poco frecuente, y el ministerio de Cultura señaló que suele asociarse a ambientes de gran importancia decorativa.
Un análisis en profundidad de la sala, según el ministerio, reveló que el espacio podría interpretarse como un sacrarium o un espacio dedicado a actividades rituales y a la conservación de objetos sagrados.
Las paredes de la sala presentan figuras femeninas que, al parecer, representan las cuatro estaciones del año, así como alegorías de la agricultura y el pastoreo.
El nuevo descubrimiento se produjo en medio de las excavaciones en la zona Regio IX del centro de Pompeya, un área residencial que es actualmente uno de los lugares de excavación más activos en cuanto a nuevos hallazgos.
Las excavaciones forman parte de un proyecto más amplio para asegurar un perímetro entre las zonas excavadas y las no excavadas del parque arqueológico, que actualmente cuenta con más de 13.000 salas excavadas.
El proyecto pretende mejorar la estructura de la zona, haciendo que la «protección del vasto patrimonio pompeyano… sea más eficaz y sostenible», declaró el Ministerio de Cultura.
Otros hallazgos recientes en la zona incluyen mobiliario perteneciente a una casa, un kit de bronce con dos jarras y dos lámparas, materiales de construcción utilizados en renovaciones y conchas de ostras que habían sido consumidas.
La semana pasada se informó de que los arqueólogos de Pompeya habían descubierto dibujos infantiles que representaban escenas violentas de gladiadores y cazadores luchando contra animales.
Los dibujos, que se cree que fueron realizados por niños de entre cinco y siete años en algún momento antes de que el Vesubio entrara en erupción en el año 79 d.C., fueron hallados en las paredes de una habitación trasera del sector residencial del parque arqueológico.
Demostraban que incluso los niños de la antigüedad estaban expuestos a una violencia extrema.