Este hallazgo, impulsado por el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS), representa un significativo avance en la búsqueda de condiciones atmosféricas aptas para albergar vida fuera del sistema solar. La investigación sobre este “super-Tierra”, liderada por Georgina Dransfield de la Universidad de Birmingham, fue publicada en el “Boletín mensual de la Real Sociedad Astronómica” a principios de enero.
El exoplaneta TOI-715 b cuenta con unas dimensiones aproximadamente un 50% mayores que las de la Tierra y completa una órbita alrededor de su estrella, una enana roja más pequeña y fría que el Sol, en tan solo 19 días terrestres. “La estrechez de su órbita facilita su detección y observación frecuente”, señala La NASA en un comunicado recogido por ABC News. Además, este sistema planetario podría albergar otro planeta del tamaño de la Tierra dentro de su “zona habitable”, lo que, de confirmarse, representaría el planeta habitable más pequeño descubierto por TESS hasta la fecha.
“Se sabe que varias de estas estrellas albergan pequeños mundos rocosos. Por el momento, son la mejor apuesta para encontrar planetas habitables. Estos planetas tienen órbitas mucho más cercanas que los que rodean estrellas como nuestro Sol, pero debido a que las enanas rojas son más pequeñas y más frías, los planetas pueden agruparse más cerca y aún estar seguros dentro de la zona habitable de la estrella”, publicó La NASA.
La “zona habitable” se define como la región alrededor de una estrella donde las condiciones permiten la existencia de agua líquida en la superficie de un planeta, condición necesaria para la vida tal como la conocemos. “La distancia del super-Tierra a su estrella madre podría situarlo en una zona habitable conservadora, con la temperatura adecuada para que el agua líquida persista en su superficie”, afirmó la agencia espacial, aunque advierte que serían necesarios varios otros factores para que este escenario sea posible.
Desde su lanzamiento en 2018, TESS ha ampliado el inventario de exoplanetas en zonas habitables, tales como TOI-715 b, que podrían ser objeto de estudios más detallados por parte del Telescopio Espacial James Webb de La NASA. Este telescopio está diseñado no sólo para detectar exoplanetas sino también para “explorar la composición de sus atmósferas, que podría ofrecer pistas sobre la posible presencia de vida” citó USA Today.
Con información de Infobae.