México tiene un problema severo sobre las infancias pertenecientes a grupos delictivos organizados y no puede entenderse el problema de manera aislada, sino que se debe explorar la compleja red de factores de vulnerabilidad que aumentan significativamente el riesgo de que niñas, niños y adolescentes sean objeto de reclutamiento por parte de grupos armados.
En nuestro estudio “Niñas, niños y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada” (2022), donde se trabajó con más de 100 adolescentes reclutados por grupos de delincuencia organizada determinó que: en la zona norte del país identificamos que por ser una región fronteriza, concentra mayor incidencia en delitos como el tráfico de indocumentados y trasiego de droga, las familias y conocidos de NNA son los principales reclutadores y hay un mayor sentido de pertenencia y de fraternalismo entre NNA y otros miembros de los grupos delictivos.
Asimismo en la zona centro: La región en que colindan los estados de Guerrero, Michoacán y Estado de México, se conoce como “tierra caliente” y se ha caracterizado por la extrema violencia que enfrenta y por las condiciones de inseguridad, el involucramiento con grupos de DO es una de las principales causas de la deserción escolar y el involucramiento involuntario de NNA en grupos delictivos responde principalmente a paliar carencias económicas en el entorno familiar.
Finalmente en el Zona sur: El abandono es principalmente de carácter afectivo, ya que en su mayoría los cuidadores muestran desinterés en las y los NNA, el abandono parental es una de las principales razones por las que NNA se involucran en pandillas, Las principales razones para ser parte de la delincuencia organizada en zona sur son: dinero, poder, consumo de drogas, venganza y búsqueda de protección y seguridad y el reclutamiento se da por amistades o conocidos. Sin embargo, también se da por parte de NNA quienes buscan algún contacto dentro del grupo delictivo para que los ayude a entrar al cartel.
En México, existe una preocupante situación respecto a la falta de procesamiento de menores relacionados con la Delincuencia Organizada (DO), principalmente por la ausencia de conocimiento de la ley de adolescentes, lo cual genera complejidades en el proceso judicial. Urgen políticas públicas para proteger a los jóvenes y adolescentes en riesgo de ser cooptados por grupos criminales, así como a adolescentes en conflicto con la ley.
Ya casi para terminar no hay estrategias de prevención claras, ni propuestas puntuales de las y los aspirantes de cargos públicos. Combatir las problemáticas de adolescentes y jóvenes requiere un enfoque integral que aborde el problema, incluyendo las estructuras jurídicas como la tipificación del delito de reclutamiento y la normalización de la violencia en instituciones encargadas de brindarles protección.
Es urgente que quienes aspiran a los diferentes cargos de elección popular atiendan la problemática. Es por ello que desde Reinserta hacemos un llamado urgente al posicionamiento nacional y local en todas las entidades federativas por el reconocimiento de una falla estructural e institucional en el tejido social. Es crucial reconocer a estas niñas, niños y adolescentes como víctimas y garantizar plenamente sus derechos y protección.