En Yucatán se han documentado varios casos donde la aplicación del principio precautorio regulatorio por parte de las autoridades ha generado situaciones que vulneran los derechos más elementales de las comunidades locales, particularmente las indígenas, aseguró el científico del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), Eduardo Batllori Sampedro.
“Las familias indígenas mayas tienen un entorno legal que regula el acceso a recursos naturales, dejando al campesino milpero sin opciones de reproducción económica, social y cultural”, advirtió.
Lo anterior, al impartir la conferencia “Milpa maya y sistemas complejos” en la XII Edición de la Feria Internacional de la Lectura (FILEY 2024) organizada por el Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” y la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
En ese sentido, el Doctor en Ciencias Geográficas manifestó que a pesar de que la normatividad ambiental admite la posibilidad de que campesinos milperos mayas aprovechen los subproductos del sistema biocultural agronómico para autoconsumo, en los hechos se les considera infractores ambientales, violentando los derechos fundamentales de individuos y comunidades indígenas
“Bajo estas premisas se analiza el entorno jurídico legal que regula el acceso a recursos naturales de comunidades mayas, que alienta la inversión en el sector rural”, explicó.
Por esta razón, subrayó, las políticas públicas y entidades creadas para su aplicación actúan de manera sectorial, temática y fragmentada, conjugando inequidad en la propiedad y en la utilización de recursos para explotación comercial, con tendencia hacia la concentración y centralización en la apropiación de la riqueza generada.
En ese contexto, Batllori Sampedro reveló que realizó una investigación transdisciplinaria e interinstitucional con incidencia social que tuvo como objetivo promover el diálogo de saberes impulsando la soberanía alimentaria mediante la producción de víveres sanos y agroecología campesina.
Afirmó que la Milpa Maya Peninsular es un complejo del sistema productivo biocultural que ha evolucionado, tomando en cuenta el delicado balance que existe en el territorio entre la biodiversidad, el clima, los recursos naturales y las necesidades de los productores, sus familias y sus comunidades.
Mencionó que el desarrollo de las comunidades mayas depende del medio natural y del modelo agrícola, lo que representa el sistema biocultural milenario que les brinda sustento.
“Este sistema no se asume sólo como estrategia de autoabasto y supervivencia familiar, sino que también alberga la identidad, la historia, las tradiciones y cosmovisiones de toda una cultura”, señaló.
En tal sentido, continuó, también provee servicios ambientales propios en favor de dichas poblaciones y la sociedad en general desde la conservación de especies vegetales hasta la coexistencia con ecosistemas de alta biodiversidad.