Un estudio realizado en Reino Unido explora la capacidad del ser humano de experimentar cambios en la genética de acuerdo a sus necesidades.
El color de nuestros ojos ha sido motivo de curiosidad durante mucho tiempo. Está característica no es una casualidad, pues el pigmento esta definido a partir de las necesidades de la región de donde somos.
Aunque la mayoría de la población tiene ojos marrones, existen distintas partes de Europa como Islandia y Países Bajos en donde 3 de cada 4 personas poseen menor pigmentación.
La melanina en acción
Un análisis hecho por antropólogos propone que la falta de melanina responde a la necesidad de una mejor visión en lugares en donde hay poca luz.
En este experimento, Kyoko Yamaguchi y Faith Erin Cain de la Universidad John Moores estudiaron a 39 voluntarios a través de una prueba ocular de 30 segundos en un cuarto con poca iluminación.
Tras el estudio se comprobó que aquellos que tenían ojos azules podían leer con mayor facilidad en comparación al resto.
Los resultados respaldan la teoría de que la pérdida de pigmentación fue un rasgo seleccionado en algunas poblaciones para optimizar la visión en lugares donde la luz solar es menor.
Esto podría tener origen desde los primeros asentamientos humanos, donde tuvo lugar una mutación en la copia de un gen asociado con el albinismo.
¿Qué se dice acerca de los ojos marrones?
Los ojos que poseen mayor presencia de melanina tienen menos posibilidades de desarrollar afecciones oculares como cataratas y degeneración macular.
Una mayor densidad de pigmentación en el iris actúa como un escudo ante la luz, dispersando una mayor cantidad de sol y radiación.
Esta podría ser la razón del porqué se ve con mayor frecuencia ojos marrones en los climas más cálidos de América y África.
Con información de NatGeo.